«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


24 de mayo de 2014

MARÍA AUSILIADORA


El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también guardarán la vuestra. (Juan 15, 20)

«Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones». (Lc 2, 34-35)

Este día, los cristianos de China te invocan de manera especial, y la familia salesiana te lleva siempre en su invocación bajo el nombre de Auxiliadora. En la letanía del rosario, te llamamos Auxiliadora.

Creo que el secreto de tu fuerza compasiva está en que fuiste iniciada en el sufrimiento, en la prueba del dolor, y por ello se te constituyó en refugio, puerto franco de tantos que se sienten a la deriva.

En ti se cumple también la profecía: “El Señor me ha dado una lengua de iniciado, para decir una palabra de aliento al abatido” (Is 50, 4) ¡Cómo se agradece la palabra de quien sabes que no se la inventa, sino que la dice desde el corazón, desde la experiencia de la prueba superada!

Tu Hijo nos ha adelantado en el sufrimiento, y su ejemplo de amor nos permite asociarnos a Él en el momento de la prueba. Es muy distinto el dolor cuando cuando se rechaza, de cuando se ofrece de manera solidaria.

Si de Jesús se puede decir: “Sus heridas nos han curado”, en ti, igualmente podemos percibir la compasión, la acogida entrañable. Tu espada de dolor se multiplicó por siete, para que nadie se sienta fuera de tu mirada compañera.

Me duele, sin embargo, lo que dice el profeta, sobre todo porque lleva razón: “Y si alguien dice: « ¿Y esas heridas que hay en tus manos?», responderá: «Las he recibido en casa de mis amigos».” (Zac 13, 6). Resulta my fuerte contemplar tu dolor y el de Jesús, y saberme causa de ellos.

Hay sufrimiento moral que duele más que el físico. Tú eres experta en comprender y acompañar el dolor del alma, el que sin que se perciba, se lleva por dentro, por el sentimiento de soledad, rechazo, incomprensión, despojo, injusticia.

¡María se siempre nuestra auxiliadora¡

Fuente: CiudadRedonda

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