«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


6 de octubre de 2014

Con Pedro y bajo Pedro, el Papa es garantía para todos y custodia de la fe. El Obispo de Roma pide a los Padres sinodales hablar con parresia y escuchar con humildad



(RV). En su saludo a los Padres sinodales, este lunes, el Papa Francisco expresó su profundo agradecimiento a todos los que trabajan y participan en la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Y alentando a impulsar el espíritu de sinodalidad, explicó que dado que los presidentes delegados, deben ser elegidos por el Papa, pidió al Consejo postsinodal que presentara una propuesta y él ha nombrado a los que el mismo Consejo le propuso.

Tras destacar la gran responsabilidad de ayudar a las Iglesias particulares en el camino del Evangelio de la familia, el Santo Padre exhortó a dos actitudes de hermanos en el Señor: hablar con parresia y escuchar con humildad. A que lo hagan con mucha tranquilidad y paz, porque el Sínodo se desarrolla siempre ‘cum Petro et sub Petro’ – con Pedro y bajo Pedro - y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe:

«Ustedes traen la voz de las Iglesias particulares, reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales. La Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina; las Iglesias locales entendidas así con de institución humana.

Esta voz ustedes la traen en sinodalidad. Es una gran responsabilidad: traer las realidades y problemáticas de las Iglesias, para ayudarlas a caminar por esa senda que es el Evangelio de la familia.

Una condición general de base es ésta: hablar claro. Que nadie diga: ‘Esto no se puede decir; pensarán de mí así o así...’ Hay que decir todo lo que se siente con parresia. Después del último Consistorio – en febrero de 2014 – en el que se habló de la familia, un Cardenal me escribió diciendo: qué pena que algunos Cardenales no hayan tenido el coraje de decir algunas cosas por respeto al Papa, pensado quizá que el Papa pensara de forma distinta. Esto no va bien, esto no es sinodalidad, porque hay que decir todo lo que en el Señor se siente que se debe decir: sin respeto humano, sin temor. Y, al mismo tiempo, se debe escuchar con humildad y acoger con corazón abierto lo que dicen los hermanos. Con estas dos actitudes se ejercita la sinodalidad.

Por ello les pido, por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con parresia y escuchar con humildad.

Y háganlo con mucha tranquilidad y paz, porque el Sínodo se desarrolla siempre ‘cum Petro et sub Petro’ – con Pedro y bajo Pedro - y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe.

Queridos hermanos, colaboremos todos juntos para que se afirme con claridad la dinámica de la sinodalidad ¡Gracias!»

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